¿QUÉ ES LA LEISHMANIOSIS?
La leishmaniosis es una enfermedad causada por un parásito del género Leishmania. Se trata de un género de protozoos que afecta a mamíferos y que se transmiten por la picadura de un grupo específico de vectores: flebótomos (Phebotomus perniciosus)
Aunque encontramos esta enfermedad con mayor frecuencia en perros, puede afectar a otros mamíferos como gatos y hurones. Cabe recordar que además es una enfermedad zoonótica, por lo que puede infectar también a las personas.
Se trata de una enfermedad sistémica grave que puede afectar a cualquier órgano, dando lugar a signos clínicos variables en cada animal. En perros, las lesiones dermatológicas, los problemas gastrointestinales, adelgazamiento, sangrados espontáneos y/o las artritis son relativamente frecuentes. Además, puede provocar insuficiencia renal crónica, siendo ésta la causa más frecuente de muerte en perros que padecen leishmaniosis.
El tratamiento de la leishmaniosis tiene que pautarse atendiendo a las necesidades específicas de cada animal y según las alteraciones encontradas. El tratamiento, igual que la enfermedad, suele ser de por vida y se deben realizar controles periódicos.
¿DÓNDE HAY MÁS LEISHMANIA?
La prevalencia de la enfermedad depende en gran medida de las condiciones climatológicas, puesto que afecta a la distribución de los flebótomos. Estos mosquitos necesitan de unas temperaturas moderadas, no inferiores a 17-18 ºC.
La leishmaniosis es una enfermedad endémica en España, su prevalencia en perros oscila desde el 2% hasta el 57 % según la zona. Tiene especial incidencia en la cuenca mediterránea.
Aunque existan zonas y épocas de mayor riesgo debemos tener en cuenta que la leishmaniosis afecta a todo el país y se puede contraer en cualquier momento. Por eso es importante tomar tantas precauciones como sea posible.

¿CÓMO PODEMOS PREVENIRLA?
- Evitar la picadura del flebótomo
Una de las principales estrategias de prevención es evitar que el flebótomo pique a nuestra mascota, por lo que es importante la aplicación de un insecticida tópico de acción prolongada durante todo el periodo de actividad de los flebótomos o si vamos a viajar a una zona endémica.
- Productos spot-on: Las pipetas spot-on tienen un efecto repelente durante 3 a 4 semanas
- Collares: según la marca, pueden tener efecto durante 6 a 8 meses
Recordamos la importancia de usar únicamente aquellos productos que hayan sido aprobados por las autoridades sanitarias para su uso contra el flebótomo transmisor de la leishmaniosis, ya que no todos los collares y pipetas poseen la misma eficacia.
- Reforzar la respuesta inmune
La protección de los productos repelentes contra las picaduras no es 100% eficaz, por lo que debería considerarse el uso combinado de repelentes y vacunas para una óptima prevención frente a la infección y al desarrollo de la leishmaniosis clínica. Los repelentes reducen considerablemente el riesgo de infección, pero no previenen la aparición de enfermedad una vez que el perro se ha infectado. La vacunación no evita la infección, pero sí puede reducir la probabilidad de que se desarrollen signos clínicos y la progresión de la enfermedad.
Es decir, que en el caso de que algún flebótomo portador de Leishmania llegue a picar, consigamos que el animal elimine el parásito en lugar de diseminarlo a todo su organismo.
La revacunación es anual y solo se puede administrar a animales que hayan sido testados previamente y hayan resultado negativos.
- Test anuales
Es muy recomendable testar a nuestros perros al menos una vez al año, para asegurarnos de que no han sido contagiados. Aunque usemos todos los métodos de protección de manera adecuada, siempre existe un cierto riesgo de contraer la enfermedad. Cuanto antes se detecte la enfermedad, antes se le puede poner tratamiento y el pronóstico es mejor.
Lo ideal es hacerlo al menos 2 meses después del último pico de mosquitos. De esta manera, hay tiempo para que se generen anticuerpos que detectar en el test, pero sin que lleguen a aparecer síntomas.
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